Hasta 1960, la agricultura en España fue el principal sustento de nuestra economía. Sin embargo, actualmente el porcentaje de la población que se dedica a ello no supera un 6%.
La práctica de la agricultura existe desde la edad de piedra, donde las primeras poblaciones comenzaron a recolectar trigo y cebada. Se cree que llegó a España hace unos 7.500 años, aunque son datos que siguen estudiándose en la actualidad.
Durante los siguientes 2.000 años, esta práctica fue expandiéndose hasta completar toda la península. En la actualidad, la superficie que ocupan los cultivos en España es de unos 25 millones de hectáreas. En cada región podemos encontrar diferentes tipos de cultivo, dependiendo de la necesidad de agua, el rendimiento o el objetivo de la explotación.
En este post hablaremos de algunos puntos de interés de nuestra agricultura.
¿Qué tipo de agricultura se practica en España?
Con el paso del tiempo se han ido adecuando los diferentes tipos de agricultura en España dependiendo de las necesidades de cada zona. Existen varios modelos:
- Según la necesidad de agua pueden ser de secano, cuando el cultivo toma el agua necesaria del terreno, o de regadío, cuando es el propio agricultor quien aporta el agua necesaria.
- Según el rendimiento que se desee obtener del terreno puede ser intensiva, gran producción en un espacio más reducido, o extensiva, superficies de mayor tamaño pero de menor explotación por m².
Según el método existen varios tipos de agricultura:
- Tradicional emplea los elementos típicos del lugar.
- Industrial desarrolla sistemas más intensivos para una mayor producción y así generar mayores beneficios.
- Ecológica es la que explota los recursos naturales con los que cuenta el terreno sin utilizar químicos y respetando así el medio ambiente.
Productos de cada región
Se estima que la superficie total dedicada al cultivo en España es de unas 25 millones de hectáreas. Cereales como el maíz, cebada o trigo son más comunes en regiones como Castilla y León, Castilla la Mancha o Aragón. En la provincia de Jaén podemos encontrar la mayor concentración de olivos del mundo. En zonas de Castilla la Mancha, Extremadura o La Rioja encontramos grandes extensiones de cultivos vitivinícolas. Frutas como la naranja o la mandarina tienen su mayor explotación en la Comunidad Valenciana. La remolacha azucarera, de gran producción española, la encontramos en Castilla y León, Andalucía, País Vasco, La Rioja o Navarra.
No podemos olvidar a “La Huerta de Europa”, como se conoce a Almería, por su gran producción de hortalizas en sus invernaderos que son distribuidas por toda Europa.
La importancia de los invernaderos para la agricultura española
Según un estudio de Rabobank, España se encuentra por detrás de China en cuanto a hectáreas de cultivos invernadas. De las 70.000 hectáreas en el conjunto del país, 30.000 están en Almería, con un índice de concentración además muy significativo.
Andalucía y más en concreto la zona de Almería, se ha convertido en unos de los motores en la lucha contra el cambio climático. Gracias a estos invernaderos se produce en la zona lo que es conocido como efecto albedo, que es la capacidad que tiene el plástico en reflejar la radiación solar. Además, gracias a los cultivos, una cantidad importante de CO2 se elimina de forma diaria ya que las plantas son capaces de absorberlo.
En cuando la economía del lugar, la agricultura intensiva bajo plástico supone el 15% del PIB de la provincia de Almería. El sector en Andalucía tiene un peso menor, aproximadamente el 5,2% y en España el 2,5% del PIB. La mayor parte de la comercialización de estas hortalizas se realiza mediante cooperativas y sociedades agrarias de transformación, lo que genera miles de empleos y e importantes beneficios para las comunidades dónde están instalados.