¿Sabes qué es el estrés hídrico y cómo puede afectar a tus cultivos? ¿Te preguntas qué puedes hacer para evitar que esta situación se dé en tu invernadero? ¿Quieres aprender a utilizar el agua de una forma más eficiente? ¡En este artículo te daremos todas las claves!
Como agricultor, ya sabrás que el agua es uno de los recursos más preciados para producir hortalizas sanas, fuertes y de calidad. También es probable que sepas que la ausencia de agua tiene consecuencias nefastas para tus cultivos.
Lo que quizá no sabías es que este fenómeno es lo que se conoce como estrés hídrico, un término que se utiliza para hacer referencia a la situación en la que la demanda de agua es mayor a la cantidad disponible o cuando su uso está restringido durante un periodo de tiempo determinado por su mala calidad.
Como especialistas en invernaderos, desde Sistemas Hortícolas Almería no solo te ofrecemos los mejores productos para el montaje y mantenimiento de tu invernadero, también te ofrecemos todo tipo de consejos útiles que te ayudarán a obtener los mejores resultados. Te ayudamos a optimizar tu producción, a conseguir hortalizas de mejor calidad o a combatir posibles amenazas para tus plantas.
En esta ocasión, te contamos todo lo que necesitas saber sobre el estrés hídrico en invernaderos, sus efectos negativos para tus cultivos y las fórmulas a tu disposición para evitar este fenómeno en tu invernadero. ¡Sigue leyendo y toma nota de todos nuestros consejos!
¿Qué es el estrés hídrico en invernaderos?
El término “estrés hídrico” se utiliza en el mundo de los invernaderos para hacer referencia a una situación en la que hay una falta de agua disponible para los cultivos.
Como veremos más adelante con más detalle, el estrés hídrico puede tener un impacto significativo en la producción y calidad de los cultivos; ya que el agua es esencial para que las plantas puedan realizar la fotosíntesis y para que puedan absorber correctamente los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse.
Este fenómeno puede darse por una falta de escasez de agua de lluvia, por un problema en el sistema de riego o por un mal diseño de estos sistemas.
En ocasiones, aunque no es lo habitual, el estrés hídrico también puede producirse porque haya agua disponible pero esta sea de baja calidad. Por ejemplo, en el caso de que se haya contaminado.
Efectos del estrés hídrico para los cultivos
Cuando los cultivos están sometidos a un estrés hídrico prolongado, pueden experimentar una gran cantidad de problemas que afectarán tanto a su salud como a la calidad de las hortalizas producidas.
Concretamente, el estrés hídrico tiene cuatro consecuencias negativas para tus cultivos:
- Reducción en su crecimiento: El agua juega un papel fundamental en el desarrollo de las plantas. Si estas no reciben la cantidad de agua que necesitan durante un periodo prolongado su crecimiento empezará a ralentizarse o a detenerse. Como es lógico, si esta situación se sigue prolongando, la última consecuencia será la muerte de la planta.
- Disminución en la producción de frutos: El agua también cobra importancia durante la producción y el engorde de los frutos. Cuando su disponibilidad se limita, las plantas producirán menos frutos y estos serán más pequeños y de peor calidad. En muchas ocasiones, la falta de agua también afecta a la forma; dando lugar a hortalizas amorfas.
- Mayor susceptibilidad a sufrir enfermedades y plagas: El estrés hídrico debilita la salud de las plantas, haciendo que estén más débiles ante bacterias, virus, plagas y otros patógenos.
- Aumento de la concentración de compuestos tóxicos en los cultivos: Esto puede afectar tanto a la calidad de las hortalizas como a su seguridad para el consumo humano.
Fórmulas para prevenir el estrés hídrico tu invernadero
Existen diferentes fórmulas eficaces para evitar el estrés hídrico en invernaderos que pasan principalmente por el uso responsable del agua y el diseño de métodos de riego que permitan su máximo aprovechamiento.
Por eso, una de las principales fórmulas para prevenir el estrés hídrico en invernaderos es el uso de sistemas de riego automatizados que permitan controlar de manera precisa la cantidad de agua que se suministra a los cultivos.
También es recomendable utilizar técnicas que favorezcan el aprovechamiento del agua como el riego por goteo, que permite que el agua se aplique directamente al suelo y a las raíces de los cultivos; reduciendo así la pérdida de agua.
Otra solución es el uso de sustratos de cultivo alternativos, como la lana de roca o turba, que sean capaces de retener una gran cantidad de agua y nutrientes. Esto puede ayudar a reducir la frecuencia de riego necesaria y aumentar la resiliencia de los cultivos al estrés hídrico.
Por último, también se pueden utilizar técnicas de agricultura de conservación, como la cubierta del suelo con residuos vegetales o la rotación de cultivos, para ayudar a mejorar la retención de agua en el suelo y reducir la erosión.