Utilizar un sistema de ventilación forzada sirve para garantizar unos niveles óptimos de temperatura, humedad y concentración de dióxido de carbono en el interior del invernadero.
La ventilación y una buena calidad del aire es fundamental para que tus cultivos puedan desarrollarse en condiciones óptimas en tu invernadero. Las cubiertas ofrecen una protección fundamental para nuestros cultivos ante cualquier tipo de situaciones pero, sin embargo, limitan la renovación de aire o su circulación en el interior.
Tus cultivos necesitan una aire limpio y en constante circulación para su transpiración y para poder realizar la fotosíntesis. Además, un sistema de ventilación forzada también es fundamental para combatir el exceso de humedad o la acumulación de la condensación.
En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre los sistemas de ventilación forzada y la ventajas de instalar nuestros ventiladores y motorreductores en tu invernadero. ¡Quédate con nosotros y toma nota de todas las claves!
¿Qué es la ventilación forzada?
La ventilación forzada es un sistema que se utiliza en los invernaderos cuando la ventilación natural no es suficiente para que se renueve el aire interior. Básicamente, es una instalación que funciona con energía eléctrica que trabaja introduciendo o extrayendo el aire del espacio interior según sea necesario.
El mecanismo de un sistema de ventilación forzada no podría ser más simple: introducen el aire del exterior filtrándolo para eliminar las partículas perjudiciales y expulsan la acumulación de aire que hay en el interior del invernadero al exterior. Son lo que se conoce como un sistema de recirculación.
Aunque el adjetivo “forzada” puede dar lugar a malinterpretaciones, este sistema realmente lo es en el sentido de que cuando es necesario es capaz de provocar una ventilación que no podría darse de forma natural. Por ejemplo, en zonas o épocas muy secas, un sistema de ventilación forzada es capaz de introducir y expulsar el aire, algo que no sería posible simplemente abriendo las ventanas y puertas de la instalación.
Ventajas de la ventilación forzada en invernaderos
Un sistema de ventilación forzada cuenta con numerosas ventajas para los invernaderos. Estas son las más importantes:
- Mejora la climatización y sirve para controlar mejor las condiciones ambientales en el interior del invernadero.
- Sirve para extraer el aire viciado, además de los humos, gases, partículas y polvo en suspensión.
- Aumenta la provisión de oxígeno para las personas que estén trabajando en el interior del invernadero.
- Ayuda a mantener una humedad adecuada en el interior del invernadero.
¿Por qué es importante controlar la ventilación del invernadero?
Controlar la ventilación es una herramienta fundamental para cualquier agricultor. Ventilar el invernadero y renovar su aire interior no solo tiene un efecto en la temperatura, también sirve para controlar la humedad y la concentración de CO2.
En las épocas más calurosas, la ventilación sirve para reducir la temperatura y mejora la circulación del aire. En los meses de invierno, por otro lado, sirve para reducir la humedad. En ambos momentos, la ventilación también es fundamental para reponer los niveles de CO2, necesario para que las plantas puedan realizar la fotosíntesis.
La ventilación forzada para combatir la humedad
En los invernaderos mal ventilados, la humedad que se encuentre en el aire puede acumularse y condensarse formando gotas sobre las superficies frías (básicamente las cubiertas). Cuando esta condensación se da de forma reiterada las superficies se deterioran.
Por otro lado, como ya sabrás, controlar la humedad en el interior del invernadero es más que fundamental para garantizar el bienestar de las plantas. Entre otros efectos perjudiciales, el más preocupante es que una gran tasa de humedad puede aumentar la proliferación de enfermedades infecciosas para tus cultivos, así como propiciar la aparición de hongos.
¿Cómo son los sistemas de ventilación forzada que se usan en los invernaderos?
Un sistema de ventilación forzada básico para cualquier invernadero consiste en unos pequeños ventiladores que se distribuyen a lo largo de todo el invernadero. El objetivo es colocarlos para que puedan generar corrientes de aire que permitan mezclar y uniformar sus condiciones.
Estos ventiladores deben tener una capacidad suficiente para renovar el aire incluso cuando las ventanas y puertas de invernadero estén cerradas.
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